viernes, 30 de octubre de 2009

Capitulo 5: Guau Guau






Todos los días, cuando voy a mi curro situado a cinco minutos a patita de mi casa, paso por una peluquería. Y vosotros pensaréis, "bueno peluquerías hay muchas". ¿Pero que tiene esta de especial? Pues se distingue de la que esta al otro lado de la plaza en que es una peluquería para chuchos. Sí, para los perros. Cada día veo salir a una mascota con un look diferente. Un día vi salir a un precioso caniche negro con el pelo alisado (que por cierto, le quedaba muy mal. Aunque a juzgar por la sonriente cara de su dueña, estaba mas que satisfecha con el resultado, la mujer): Otro día vi a un robusto pastor alemán salir con una mini cresta entre sus orejas (a este si le quedaba bien el peinado). Y otro a un perro pequeño (cuya raza desconozco) con dos quiquis en la cabeza. Desconozco si les hacen la manicura u otros servicios, pero vamos los peinan como si fueran personas. Y oye, pues algunos están muy monos, pero otros...buff, no tengo palabras. Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero yo diría que en Francia el perro es la sombra de su dueño, porque van con ellos a todas partes. Bueno a casi todas.


A los franceses les encantan los chuchos. Cuando vas paseando por la calle, los puedes ver en abundante número y de todas las clases, colores, peinados. Cuando volvía a casa hace dos semanas, a bordo del super TGV, a mi lado se sentó un hombre acompañado de un encantador pastor alemán, que tal y como marca la ley, tenía su boca tapada con un bozal. Debo decir que cuando lo vi no pude ocultar mi asombro. ¡Un perro en un tren! No es posible. Aquí, lo es. Y es que los perros pueden viajar en muchos transportes públicos, a diferencia de lo que ocurre en España. Hasta ahora que yo sepa, los únicos que no pueden viajar son los perros de ataque (pit bulls y demás). El resto puede viajar en los transportes públicos, aunque eso si sus dueños tienen que pagar el viaje, al mismo precio que el de una persona normal. En el metro están prohibidos.


Así que si pueden viajar en los transportes públicos, por supuestisimo pueden entrar en los locales públicos, incluidos los restaurantes. Hace años, cuando era peque, vi una escena que me impacto mucho. En un restaurante parisino, al que nos llevaban a cenar durante un viaje escolar, vi como un señor acompañado de su adorable mascota le pedía algo al camarero y señalaba a su chucho (por aquel entonces mi nivel de francés no llegaba a mucho y no entendí lo que le pedía). Pero cuando vi aparecer al camarero con una servilleta y huesos para el perrito, no me pude contener la risa, lo reconozco era tan gracioso ver al animalito comer sus huesitos en el restaurante...


Dicen que los perros están hechos para ser animales de compañía, aunque en el caso de los franceses están hechos para ser la sombra o una extensión de sus dueños, porque con ellos van a todas partes. Cuando uno pasea por la calle, siempre acaba escuchando en algún momento un guau guau.

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