jueves, 3 de diciembre de 2009

Capitulo 8: En un país multicolor...

Decía mi profesor de orquesta que Francia es la ONU en miniatura, y ¡qué razón tenía! Podríamos montar pequeñas asambleas generales, en el metro, en el bus, en el restaurante, y fijo que tendríamos a casi todas las razas, colores y paises representados. No he viajado mucho a lo largo de mis 23 años de existencia, pero en los pocos paises en los que he estado en ninguno he visto tanta mezcla de colores y religiones como aqui. Es impresionante. Tenemos de todo, desde musulmanes hasta indios, pasando,, por supuesto por africanos y latinos. Atraídos por los sacrosantos principios republicanos (y universales, todo sea dicho) de Liberté, Egalité y Fraternité y por un futuro mejor muchos inmigrantes se vinieron, hace muchos años ya, a la France.
Hoy, los que pululan por el espacio público son sus descendientes (inmigrantes de tercera generación, pero franceses, aunque a algunos no les guste). Y en muchos casos, pues mantienen algunas de las costumbres de sus antepasados y sus religiones. Por ejemplo, es normal ver a algunas mujeres negras, especialemente las de ya una edad llevar el boubou, que viene a ser el traje tradicional de África, es decir un vestidito de colores muy chillones, y un pañuelito atado a la cabeza, pero no de cualquier manera. O también es normal ver a los musulmanes saludarse como con un choque de puños y acto seguido llevarse la mano al corazón. Gesto que también utilizan para despedirse. Y por supuesto se dicen eso de Salam Aleikum, a lo que el otro sujeto debe contestar Aleikum Salam .
Pero los descendientes de aquellos inmigrantes y en contra de lo que sus antepasados pretendían no han tenido un futuro mucho mejor del suyo (aunque como todo en la vida, siempre hay excepciones) Exceptuando a los europeos, el resto sigue aun viviendo con la sombra de la sospecha en su propio pais. Lo cual es bastante triste. Me explico. Aqui, la poli, cuando se aburre (que suele ser muy a menudo) se dedica a hacer controles rutinarios de documentos, bien sea en la rue, en la estación, el metro, en fin en cualquier lugar público. Y adivinar a quienes les piden siempre los papeles. Pues si, sois personas muy listas, a los negros, musulmanes y orientales. ´La semana pasada presencie dos escenas que me dejaron un poco perpleja. La primera, en la estación del tren. Me sali a fumar a un cigarro a la calle, y acto seguido dos polis, acompañados de tres soldados armados hasta los dientes, se aproximaron a mis vecinos de cenicero, dos chicos de origen musulman. Les pidieron la documentación, y los muchachos tuvieron que repetirles durante una y otra vez que ellos habían nacido en Toulouse. Ya a los 15 minutos, los agentes se convencieron y les dejaron. Y la otra fue en el metro, a mi lado iba sentada una pareja "chocolate", muy majetes ellos. En una estación se montaron los polis, y rapidamente se acercaron a ellos para pedirles la documentación. Tras revisar el carneto (enorme él, por cierto) ya se cercioraron de que los sujetos, a pesar del color de su piel, eran compatriotas suyos. Cuando los polis se largaron, los dos me miraron como diciendo "Qué suerte tienes a ti no te piden el carné, porque tienes rasgos europeos". Y acto seguido me expectaron "Te parece esto, normal". Yo les contesté qué no, que no lo era, y que no entendía porque ni a mi, ni a los otros tres pasajeros del vagón les habían pedido la documentación. El chico me dijo, que su abuelo era de Senegal, pero que su padre y él, eran franceses. "Estoy harto de tener que estar continuamente identificandome en país. Qué pasa, qué por que soy negro, ya soy un sin papeles". Esta frase ya dice por si sóla muchas cosas.
El Certificado de nacionalidad francesa
Ellos, al igual que muchos de esos mal llamados inmigrantes de tercera generación, se sienten franceses porque han nacido y se han criado en Francia, pero de sus paises de origen pues se acuerdan lo justo. Y pese a ello, algunos tienen que pasar un atentico calvario cada vez que tienen que renovar el DNI. Resulta, que en algunos casos, cuando tienes un apellido de origen extranjero, pues la lenta y burocrática administración francesa te puede pedir un Certificado de nacionalidad francesa (CNF) para renovarlo. El papelito, en cuestión te lo tiene que dar un tribunal. Y como no se lo van a dar a cualquiera, el demandante tiene que demostrar su "francesidad" (qué bonita palabra). Es decir presentar más papeles que los que hay en el Archivo de Salamanca, en los que se pruebe, pues eso, que es francés. Y el procedimiento, pues puede durar un embarazo. Pero bueno, lo más importante es tener el susodicho certificadito, y esperar hasta la proxima renovación en la que lo pueden volver a pedir.
Juntos, pero no revuleltos
Aqui en Toulouse, y a diferencia de lo que ocurre en la capi, Paris, los inmigrantes están bastante bien adaptados. Viven en sus barrios, claro, pero en esos mismos lugares viven también franceses de pura sangre. Y se mezclan perfectamente con el personal. Aunque eso si, a la hora de buscar pareja, casi siempre se van, digamos, con los de su raza. Es muy extraño ver parejas mixtas (aunque haberlas, hailas)
El Burka aun resiste
Cuando Sarko dijo que el Burka no tenía lugar en Francia, yo pensé "No puede ser cierto. ¿Aqui hay mujeres que llevan el burka?". Hasta que lo vi, bueno más bien hasta que las vi. A dos mujeres, delante de mi en la cola del badulake de mi barrio tapadas hasta los ojos. Lo reconozco, no pude ocultar mi cara de asombro y de repugnancia al mismo tiempo. Me preguntaba como podía ser posible que en un pais, desarrollado se viera aquello. Unas mujeres convertidas en fantasmas sin rostro. Un atentado a la dignidad humana. Pero en fin, estas cosas se pueden ver. Esperemos que por poco tiempo
Sarko and company quieren debatir sobre la identidad nacional francesa. Pero yo miro a mi alrededor y me preguntó ¿pero, todavía quedan franceses de pura cepa? Si quedan. Pero tan franceses como ellos los Mohameds, y los Boubas que han nacido aqui. Y es que según dicen los principios de la república, que Sarko parece haber olvidado, es que francés es todo aquel que vive en Francia y comparte los valores de la Republique, independientemente de cual sea su origen. Vamos, Francia es un país multicolor.