jueves, 28 de enero de 2010

Capitulo 9: A golpe de chequera




Creo que en alguna ocasión os he hablado del enorme gusto que tienen los franceses por los papeles. Pidas los que pidas, especialmente ayudas gubernamentales, siempre te van a exigir un montón de documentos. Por ejemplo, quieres pedir una ayuda para el alquiler, pues la CAF (Caisse d'allocations familiales), que es el organismo que se encarga del tema, te los sigue pidiendo incluso después de haberte concedido la ayuda en cuestión. Pero no nos distraigamos. A lo que vamos. Una de las cosas que más sorprendió (y me sigue sorprendiendo) es que a los franceses les encanta tirar de chequera. Si, si. ¡Y yo que pensaba que eso sólo lo utilizaban los ricos¡ ¡Ay, qué equivocada estaba!




Cuando fui al banco a abrir una cuenta, mi consejera personal (si, si aqui en el banco tienes tu propio asesor, es decir que esto no funciona como las cajas en España que tú vas, pillas el numerito y vas a la mesa que te toque, aqui si necesitas algo pides rendez-vous con tu consejero particular) me preguntó si quería una chequera. Al principio no entendí muy bien porqué me lo preguntaba. Eran las tres de la tarde, recien despertadita de mi siesta, y asegurandome de que no me faltaba ninguno de los papeles requeridos para abrir una cuenta, es decir fotocopia del DNI y justificante de domicilio (la nomina y la justificante de mis última cuentas pues no los pude presentar) pues estaba yo como para procesar información. Le dije que no, que no la utilizaba. Cuando sali de la sucursal, pensé ¿A qué viene lo de la chequera? Más tarde lo comprendí.




En una tarde de sábado, en la que me fui a hacer mi primera compra en el Super Geant, Super descuento, que viene a ser como el Lydl francés, mi pregunta encontró su respuesta. Cola de la caja, una señora de unos 50 años, a ojo de buen cubero, se disponía a pagar su compra. La cajera le hizo la pregunta de rigor. "En efectivo, Carte bleu (que es como se le llama a la tarjeta de crédito) o con cheque. "Con cheque", respondió la clienta. Al escuchar la palabra, mis ojos, hasta ese momento distraídos en el analisis de mi compra, se volvieron hacia la caja. Y ahí estaba la señora, con la chequera en mano disponiendose a estampar su autografo en el cheque al portador de un valor de 55 euros (el importe de la compra). En Francia, la gran mayoría de los establecimientos aceptan cheques a partir de los 10 euros. Y mucha gente, no duda en tirar de ellos cuando tiene que pagar cantidades superiores. Incluso que sobrepasen uno o dos euros. Y digo yo, ¿no es más práctico pagar con la tarjetita, que acabas antes? Pues a veces no.




Otra de esas tardes-noches, en las que mi vagancia llega hasta su máximo limite y me impide hacer la cena, me fui a la pizzeria del barrio, regentada por un trio de mecs (= tios) muy simpáticos. La clienta que estaba delante de mi sacó su chequera para pagar la cantidad de 13 euros. Mi asombro fue mucho mayor que con la señora del supermercado, porque bueno pagar 55 euros con cheque, pues bueno, pase. Pero ¿13 euros? Si es más fácil llevar un billete de diez y las moneditas que cargar con la chequera. Porque lo de la tarjeta, descartado. En la pizzeria no se puede pagar con tarjeta. Pero no, la señora pagó con su chequera.




Visto lo visto, pues decidí volver al banco y encargar una chequera. Por eso, y porque para sacarme la tarjeta del transporte público, pues me pedían un cheque de 6 euros. Pero al final, pues no fui, porque me enteré de qué para sacar la tarjeta podías ir al truc (palabra comodín utilizada por los franceses para designar cualquier cosa) de la empresa de transportes y pagar directamente con la carte bleu. Una, que es lenta de reflejos, como Acebes. Asi que mi chequera ahí sigue esperándome en el banco, aunque dudo que vaya a recogerla. Cuando uno llega a un país nuevo intenta adptarse a sus costumbres, en este caso hablar bajito, comer a las 12 y darle los buenos días a todo el mundo. Pero, con la chequera no puedo. Es demasiado incómodo. O quiza sea que no me gustan tanto los papeles. Si hubiese sido de Salamanca...

2 comentarios:

  1. Como te intriga eso de los talonarios, verdad Mai!!! Para contestar a alguna de tus preguntas, como lo de pagar una pizza con un cheque, pues viene muy bien cuando no tienes ni un duro en la cuenta y te falta unos días para que te ingresen la nómina. Para eso sirve en el cheque en Francia. También es bien útil cuando no tienes pasta para ir al cine, y no te coger la tarjeta (cosa que le ocurrió algunas veces a mi madre cuando era pequeña). Sobre todo cuando llevas media hora haciendo cola!! La verdad que es un seguro cuando la tarjeta de te falla por X problemas (no hay fondos, demasiadas transacciones en un días, no funciona la red, etc.). A lo mejor te queda un poco más claro. Y que conste que también estoy de acuerdo contigo: la tarjeta es muy cómoda en España pero a veces en Francia, no tanto. Es que mi país es de locos. Mira que está gobernando.
    Para cuando un resumen de Clearstream y el cumple del tapón napoleoniano??

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  2. Vaya, ya me puedo ir a la cama tranquila, jejeje. Pues yo eso no lo sabia, podría habermelo explicado la del banco, y no haberseme enrollado tanto con los productos extras de mi cuenta y esas cosas. Gracias por resolver mis dudas, jejeje. En cuanto al clearstream, buff es un tema complicado, aunque ayer, me estuve viendo la lectura de la sentencia (lo que hace el aburrimiento) en el peri. Pero voy a hablar un poquito de la justicia en el próximo post. Y del cumple de tapón, una pena que no pudiera tener el regalo que él quería (que enchironarán a Villepin). Aunque yo le hubiese regalado algo muy especial, un Petit Robert para tontos haber si aprende a hablar, jejeje.

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